El Principito

junio 22, 2011

-D’où viens-tu mon petit bonhomme? Où est-ce «chez toi»? Où veux-tu emporter mon mouton?

Il me répondit après un silence méditatif:

-Ce qui est bien, avec la caisse que tu m’as donnée, c’est que, la nuit, ça lui servira de maison.

-Bien sûr. Et si tu es gentil, je te donnerai aussi une corde pour l’attacher pendant le jour. Et un piquet.

La proposition parut choquer le petit prince:

-L’attacher? Quelle drôle d’idée!

-Mais si tu ne l’attaches pas, il ira n’importe où, et il se perdra…

Et mon ami eut un nouvel éclat de rire:

-Mais où veux-tu qu’il aille!

-N’importe où. Droit devant lui…

Alors le petit prince remarqua gravement:

-Ca ne fait rien, c’est tellement petit, chez moi!

Et, avec un peu de mélancolie, peut-être, il ajouta:

-Droit devant soi on ne peut pas aller bien loin…

Le Petit Prince. Cap III. Antoine De Saint Exupéry

02:30 h

Mi residente pequeño intenta no caer rendido mientras se repasa la dosis de digoxina para digitalizar a un paciente con fibrilación auricular a 160 latidos por minuto.

Sonrío. Es bueno. llegará todo lo lejos que quiera, recorrerá el camino que elija, no lo dudo.

R. me llama en un susurro. Me acerco a su cama. – no duermes?- casi es una súplica. Sólo tiene 16. Lleva tres días en una Sala de Urgencias rodeado de sábanas antisépticas y ásperas, ronquidos, lamentos, toses, suspiros, fluorescentes irrespetuosos e intempestivos, pitidos de monitores cardiacos y pulsioxímetros.

Le miro. Éste no es su sitio. De hecho comprendo de golpe que este no es su mundo. Miro sus ojos azules extraterrestres, que reposan en unas cuencas demasiado hundidas, Paso mi mano por su pelo, rubio, tan irreal como él mismo.- Estás bien?- Está muy pálido. Sonríe. -Sí, Laura, sólo cansado- Me siento a su lado y espero.. Solo un poco, lo suficiente como para que vuelva a tejer un sueño fácil y  estéril.

Y entonces soy consciente. Una marea cálida bajo las sábanas. Roja. Se está desangrando.

Los gritos,la camilla escasa, los pasillos, el interminable camino hacia la REA no lo despierta.

Mientras colocamos vías, pasamos sueros, oxígeno, sangre, registramos tensiones  que no existen, vuelvo a mirarlo.

Nunca vi un ser tan bello. Viendole así, de la mano de la muerte, cincelado con una palidez desmesurada, con los bucles de paja sobre la frente intacta, los pómulos inquisitivos, la boca entreabierta, comprendo que viene de un planeta muy pequeño. Un día conoció a un aviador. Y cuida a una delicada rosa roja.

El principito adolescente se muere entre mis brazos. Solo me digo, como un mantra: no dejes que se vaya, no dejes que se vaya, no dejes que se vaya..

A las 10 de la mañana R. ha tenido dos operaciones y está en la UVI. Subo a verlo y me sonríe como puede entre cables y tubos.

«Las personas mayores nunca son capaces de comprender las cosas por sí mismas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.»-Puedo escucharle, aunque no pronuncie una palabra.

Soy la persona más afortunada del mundo..

l

5 respuestas to “El Principito”

  1. J. said

    Fuera de serie. He sentido un escalofrío al leerlo.
    Eres buena de verdad, amiga mía.
    J

  2. 🙂 wunderbar, como siempre…te echo de menos
    un beso
    m

  3. Deckard said

    Eres demasiado sensible para este mundo, no debiste nunca dejar Fantasia, donde tenías tu torre de marfil.

  4. Anonimo said

    Existen otros príncipes y princesas muy cerca
    sus planetas son cajas transparentes y frías
    sus ojos apenas alcanzan a lo que llega una sonda gástrica
    sus manos y pies son gobernadas por reflejos auoritarios
    sus voces, inaudibles para los mayores, buscan el mundo seguro del que salieron con prisas
    a cambio reciben pinchazos que les enganchan a la vida,
    agujas apenas del tamaño de sus diminutas venas

    sin embargo…. ríen, lloran y se estremecen con sólo 700 gramos

    tienen memoria de pez y a veces se les olvida respirar,
    otras veces su corazón decide descansar por unos segundos
    descansa para intentar oir el latido perdido de su madre,
    pero sólo le llegan las alarmas de su monitor,
    la reanimación de la enfermera, los gritos ahogados de sus padres

    y viven como tu principito,
    rodeados de estériles utensilios que se iluminan con alarmas y carreras
    viven sin entender la vida sin dolor
    respirando a través de gafitas, tubos o NCPAP
    viven por instinto y reflejo
    sorteando entereocolitis, ductus, meningitis y lo que les pongan por delante

    Todo por seguir haciendo preguntas durante cien años más

  5. M. said

    Recordando aquella vez que te acompañe asustada por si me hacian alguna pregunta en la Facultad de Medicina unos primeros días de septiembre, nunca pense que la vida te llevaría a conocer a Principitos. Me gusta leerte, y no he podido reprimir el dejar una respuesta a esta historia.

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